Santiago – Muxía, abril de 2023
Si tuviéramos que calificar el viaje de este año podríamos decir que, por un lado, ha sido muy gratificante, tanto para el grupo como para cada uno en particular; por otro, ha sido excelente por el interés de los organizadores de prepararlo de la mejor manera posible, y se ha notado.
Es difícil recoger las impresiones de todos porque son muchas y están ligadas a las expectativas de cada compañero y compañera; sin embargo, sólo había que ver la satisfacción en los semejantes cada vez que se acababa una jornada para saber que todo había ido bien.
Cinco días de andar y cuatro de viaje, llenos de sensaciones, de crecimiento personal, de descubrimientos, de acercamiento a los demás, de reflexión, de recuerdos y de tantas y tantas experiencias vividas.
Lunes 17 de abril: Santiago – Zas
Hoy hemos empezado a andar. Y hay que decir que teníamos ganas, sobre todo los que se estrenaban. Había ilusión y deseo de cumplir el propósito. Habíamos pasado dos días juntos encerrados en el autobús haciendo cerca de 1000 km, tiempo que habíamos aprovechado para hacer de todo, pero ya estábamos deseosos de ponernos a hacer Camí.
Hemos llegado a la praza del Obradoiro poco antes de las 8h. Poca gente todavía. Hemos hecho la oración, la foto de grupo frente a las escaleras de la catedral y enseguida nos hemos puesto en marcha.
Estábamos contentos porque, de hecho, cada uno a su modo hacía realidad un pequeño sueño.
Las primeras horas son siempre las más animadas. Se va descubriendo el paisaje, intercambiando impresiones con sus compañeros y, sobre todo, haciendo inmersión en esta experiencia tan especial que es hacer el Camino. Enseguida hemos ganado altura y hemos dicho adiós a las torres de la catedral.
Los que lo hacían por primera vez se han encontrado, ya desde el principio, con los espectaculares bosques de eucaliptos que ya no hemos dejado de ver en todo el recorrido de este año.
Sin demasiada dificultad hemos hecho los primeros km, en torno a 8, y hemos parado a descansar un poco y tomar algo en el primer bar que hemos encontrado. Estábamos en Alto do Vento. Después hemos acordado realizar dos paradas más (entre 8 y 10 minutos) para repartir el trayecto en tres tramos. Si había algo que no esperábamos era tanto calor como hemos tenido a mediados de abril. La fuerte subida de unos dos kilómetros hasta Alto do Mar de Ovellas se ha hecho larga y costosa. La recompensa ha sido al llegar a Ponte Maceira. Hemos fotografiado el famoso puente medieval sobre el río Tambre de todos lados, y también la cascada. La frescura del agua nos ha reavivado y hemos continuado hasta Negreira. A la salida de la población hemos pasado junto al Pazo do Cotón y en nada (es una manera de decir) nos hemos presentado a Zas.
El primer día siempre cuesta más porque el cuerpo todavía no está acostumbrado a tantos kilómetros. Lo hemos logrado con esfuerzo y voluntad.
A la hora del almuerzo hemos celebrado los 50 años de Xavi, el chófer. Imposible terminar la etapa de una forma mejor.
Martes, 18 de abril: Zas – Abeleiroas
También hoy hemos salido en torno a las 8h. Un día espléndido para realizar una caminata de 23,8 km. Todos dispuestos a seguir al mismo ritmo que ayer. Nos hemos adentrado por bosques exuberantes de robles, castaños y eucaliptos, que nos alimentaban la vista y el olfato a la vez. Qué gozo poder disfrutar de esta experiencia con un grupo entusiasmado y decidido, atiende a las indicaciones de los organizadores y dispuesto a todo.
Una primera parada reconfortante y en continuar. Aún hemos tenido buen tiempo un par de horitas más, pero finalmente, hacia el mediodía, el sol ha sido implacable. El grupo se ha alargado y ha ido continuando, pero la conversación iba menguando. Las sombras eran difíciles de encontrar. Ahora nos rodeaban campos recién segados. El tramo final, rodear el Monte Aro, fue duro. Quizás con menos calor habríamos levantado la vista y contemplado los valles con mayor atención. Sólo deseábamos llegar.
Por la tarde Xavi nos ha llevado hasta la desembocadura del río Xallas, cuyas aguas se vierten al mar formando una espectacular cascada. Mientras hacíamos fotos y charlábamos a nuestro aire, nadie diría que la mañana había sido tan cansado.
Miércoles día 19 de abril: Abeleiroas – Cee
Era evidente que el martes había dejado huella en nuestros cuerpos, sobre todo por el calor de los últimos kilómetros, y en vez de estar más fuertes porque habíamos superado el segundo día, dudábamos si seríamos capaces de resistir esta tercera etapa, que además , era la más larga (25,8 km). Las circunstancias nos han favorecido porque hemos tenido la ocasión de elegir entre realizar toda la etapa tal y como estaba previsto o bien acortarla unos 6 km ya que el autobús nos había dejado en un albergue situado justamente a esta distancia del comienzo. Unos más acuciados y otros aprovechando para hacer más paradas hemos completado la etapa.
El calor ha aflojado y una suave brisa nos ha acompañado todo el camino. También hace falta decir que estábamos más altos. Los bosques llenaban las pendientes de las montañas del entorno y nos han acompañado casi todo el camino. Estábamos frisosos de saber cómo sería la pronunciada bajada antes de llegar a Cee, pero la hemos superado con nota.
Por la tarde todavía hemos aprovechado para rodear por Cee, el municipio más grande de la costa da Morte, eso sí, sin llegar tarde.
Jueves, 20 de abril: Cee – Fisterra – Castrexe
Hoy, una etapa esperadísima: la llegada a Fisterra. La pizca de fresquito ha sido ideal para reavivarnos del calor de los días pasados. Encontrarnos junto al mar nos ha reconfortado. Qué maravilla de bosques de pinos y eucaliptos pendiente abajo hasta casi cerca del mar. Lo teníamos todo muy cerca: mar y vegetación. Avanzábamos deseosos de llegar a Fisterra y al mismo tiempo disfrutamos de una caminata por paisajes tan singulares. Y cuando estábamos junto al pueblo, hemos parado para perpetuar el momento con una foto de grupo con la magnífica playa de fondo. Estábamos eufóricos porque nuestros propósitos se iban cumpliendo y nos satisfacía vivir el momento tan loable de haber hecho Camino juntos. Pero hoy debíamos continuar hasta Castrexe para que la última etapa no fuera excesiva. Y lo hemos hecho como todos los días, superando el cansancio de los últimos kilómetros y llegando con buen humor hasta el final.
El colofón del día ha sido por la tarde cuando hemos ido al faro de Fisterra a buscar el Km 0. Hemos ido en autobús. Ha costado encontrar el hito sin nadie alrededor. Todo el mundo quería una foto de recuerdo. Hemos estado un rato disfrutando del paraje tranquilamente, acercándonos al faro y reteniendo las vistas para poder recordarlas siempre.
Viernes, 21 de abril: Castrexe – Muxía
Último día de andar. Unas ganas inmensas de poder cumplir con el objetivo de llegar hasta el final. Hemos empezado con la misma ilusión de todos los días. Todo el recorrido era de una belleza soberbia, con eucaliptos altivos, robles esplendorosos y helechos que llenaban el sotobosque como una alfombra refulgente. Y como cada día también hemos hecho las paradas que ya teníamos sincronizadas de otros días, pero no del todo, porque, como no podía ser de otra manera, la lluvia nos ha sorprendido un poco antes de terminar. En una pequeña construcción abandonada hemos podido sacar las capelinas y seguir adelante. Hemos llegado cerca de la Costa da Morte bien remojados. Girábamos la cabeza hacia la izquierda para retener la imagen de este mar siempre embravecido. A pesar de la lluvia nos hemos fotografiado con el cartel de Muxía en la entrada de la población y seguidamente hemos ido hasta el santuario da Virxe da Barca, donde también hemos tomado una foto de grupo aguantando el chaparrón. Seguramente los abrazos por haber llegado al final sanos y salvos habrían sido más fogosos, pero chorreábamos por todos lados.
Sábado, día 22 de abril: la vuelta a casa
Hoy nos esperaba una jornada especial como peregrinos: asistir a la Misa del Peregrino en la Catedral de Santiago. La lluvia nos ha cogido de lleno mientras nos dirigíamos a pie por las calles de la ciudad. Antes de empezar la celebración hemos escuchado atentamente a uno de los concelebrantes cuando ha llamado a las numerosas nacionalidades de los peregrinos asistentes. Nos ha llenado de alegría cuando se ha referido al grupo de peregrinos procedentes de la ciudad de Amposta.
Hemos seguido la misa con devoción y al terminar nos hemos despedido de Santiago con la última fotografía de grupo en la capital compostelana vistiendo la camiseta de nuestra asociación.
Nos íbamos con las maletas llenas de vida vivida con intensidad. También con Fisterrana y Muxiana, testigo de nuestra caminata.
Nos esperaban dos días hasta llegar de nuevo a nuestra casa con la experiencia de una semana intensa de andar, convivir y compartir la vida con los amigos y amigas que este año hemos podido hacer la etapa de Santiago en Muxía.
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Video-montaje realizado por Jesús Serrano: https://drive.google.com/file